Los periodistas permiten a los lectores que "oigan" directamente lo que otros actores sociales dicen. Al fin y al cabo el periodismo consiste en contar al público lo que éste quiere saber. Veamos a través del siguiente ejemplo otro de los instrumentos de los que en ocasiones abusan los profesionales de la información y por el cual se los tilda de "copistas" sin ningún ánimo de contraste o investigación.
Esta información aparece publicada en el diario ABC con fecha del lunes 22 de octubre de 2007, en la sección denominada “España”. Para sacar una conclusión de esta noticia, en mi caso no tendría ni que esperarme a leerla para saber si me resulta o no interesante. Estas páginas se leen solas, principalmente por el morbo y el interés que despiertan unas supuestas declaraciones del rey, un personaje que no opina más que lo que se le deja según protocolo.
De esta información nos interesa principalmente el análisis del discurso directo e indirecto, ya que entre sus líneas prolifera la introducción del discurso no sólo del periodista, sino de los personajes que interactúan dentro del enunciado.
De esta información nos interesa principalmente el análisis del discurso directo e indirecto, ya que entre sus líneas prolifera la introducción del discurso no sólo del periodista, sino de los personajes que interactúan dentro del enunciado.
En este texto nos encontramos gran cantidad de ejemplos de discurso directo e indirecto y dentro de éste, indirecto libre. Lo más fáciles de percibir son los discursos directos ya que aquí vienen insertos en el texto introducidos por comillas. Este tipo de discursos aportan el comentario de uno de los personalidades de la información de manera “literal” (añado las comillas porque hay casos, como por ejemplo el de este texto, en el que no se puede saber si lo que se dijo fue o no realmente así). Los discursos directos no aportan objetividad a la visión del periodista o del diario por varias razones, la primera es porque no es algo que diga el que escribe, por lo tanto no le puede aportar objetividad, en cualquier caso puede indicarnos que tiene varias visiones de los hechos o que se ha documentado y, por otro lado, el profesional selecciona qué le interesa introducir en el texto periodístico de toda una conversación, sacará frases de su contexto y las reinterpretará, por lo que todo indicio de objetividad se pierde en este proceso. Entre los ejemplos que podemos encontrar en el texto se encuentran: “constituye una grave irresponsabilidad, sin perjuicio de la libertad de los medios que las han publicado, amparados por la libertad de expresión” (Mariano Rajoy), “No sé si os va a gustar lo que voy a plantear, pero creo que se debe dar un trato humano a Jiménez Losantos” (Esperanza Aguirre), “Le he dicho a Rouco Varela que recen menos por mí y la Monarquía y se ocupen más de la Conferencia Episcopal, que controla la COPE” (Juan Carlos I), “las conversaciones con el Rey siempre son privadas y nunca deben comentarse ni difundirse” (Pío García-Escudero), “Deje de confrontar con todo el mundo hasta con la Corona de España defendida por todos los ciudadanos” (Tomás Gómez, secretario general del PSOE en Madrid).
Además de estos ejemplos de discursos directos en el texto también podemos encontrar una serie de introducciones que aportan la idea de algún implicado, que sirven sobre todo para apostillar algo que está explicando el periodista, por ejemplo: En cualquier caso, en la Casa del Rey se han mostrado “muy sorprendidos” por la publicación de una “conversación privada” de Don Juan Carlos y porque se intente transcribir con comillas, ya que “no había cámaras ni grabadoras”.
Con respecto a los discursos indirectos, aparecen menos que los directos pero también son bastante abundantes en la información. Por norma general, en la noticia que manejamos, éstos aparecen antes o después de añadir un discurso directo, explicando o apuntando un mayor contexto a lo que se dice. Si los directos se reconocen por las comillas o porque aparecen en cursiva, los indirectos se reconocen por ser introducidos por verbos como “ha declarado”, “ha añadido”, “ha explicado”, “había pedido”, “ha expresado”, “comenta”, “apuntan”, etc.
Ejemplos de estos discursos directos son: “Mariano Rajoy declinó cualquier opinión acerca del contenido de las informaciones publicadas”, “el Rey, al comenzar el primer plato, se lamentó de que al día siguiente se celebrara la Fiesta Nacional en un ambiente de crispación”, “El locutor de la COPE había pedido la abdicación del Rey en repetidas ocasiones desde su programa radiofónico, aunque luego se retractó”, “En círculos de la Zarzuela sí se ha expresado su asombro por el hecho de que se hable de la falta de un trato humano, cuando es algo que el Rey ha cuidado siempre mucho”.
Ejemplos de estos discursos directos son: “Mariano Rajoy declinó cualquier opinión acerca del contenido de las informaciones publicadas”, “el Rey, al comenzar el primer plato, se lamentó de que al día siguiente se celebrara la Fiesta Nacional en un ambiente de crispación”, “El locutor de la COPE había pedido la abdicación del Rey en repetidas ocasiones desde su programa radiofónico, aunque luego se retractó”, “En círculos de la Zarzuela sí se ha expresado su asombro por el hecho de que se hable de la falta de un trato humano, cuando es algo que el Rey ha cuidado siempre mucho”.
Otra forma de discurso indirecto es el indirecto libre, en el que se mezcla lo que ha dicho alguien al periodista y lo que éste mismo ha escrito tanto que no se puede diferenciar qué es de uno y qué de otro. Éstos se diluyen en el texto y suelen aparecer antes o después de los discursos indirectos. Son menos numerosos que los directos o los indirectos. Algunos ejemplos son: “Desde la Casa del Rey se ha querido dar siempre un trato impecable a todos los medios de comunicación sin discriminaciones. De hecho, Alberto Aza, jefe de la Casa, mantuvo hace dos años una reunión con Federico Jiménez, quien, además, asistió como invitado a la boda real de los Príncipes de Asturias el 22 de mayo de 2004”. Esto aparece justo detrás de un discurso indirecto referente a Círculos de la Zarzuela, por lo que no se sabe si es una continuación de lo que se dice antes o es fruto del periodista, algo que tampoco sería extraño teniendo en cuenta el periódico en el que está publicado.
En la noticia encontramos también varios párrafos en los que podemos distinguir una contaminación de voces. Esto se produce porque se dan varios discursos juntos en una misma frase: “Fuentes próximas al Gobierno no han expresado su “perplejidad” por la “osadía” que, a su juicio, ha tenido Esperanza Aguirre al dirigirse al Rey de esa manera”.En esta información veo un abuso de los dos tipos del discurso, el periodista apenas aporta datos propios, ha construido una noticia sólo de declaraciones y si lo que quieres es hacer eso, mejor redacta una entrevista. Hay tantos discursos directos que a veces te pierdes en quién los ha dicho y, de hecho, hay algunos que aportan muy poco a los hechos en sí. Por otro lado, es absurdo lo que ha hecho este periodista ya que en ocasiones parece recriminar al diario EL PAÍS por haber trascrito las conversaciones, sin embargo, él se hace eco de ellas y vuelve a publicarlas. Otro asunto es el que se pongan entre comillas palabras que no se pueden asegurar estén dichas literalmente por las personalidades a las que se les atribuyen. Como se dice en la noticia, durante ese almuerzo no había ni cámaras, ni grabadoras, por lo que la persona que ha filtrado estas conversaciones ha podido (y seguramente lo habrá hecho, no por desacreditarle, sino por el hecho de que una persona no puede transcribir de manera literal lo que otros dos han dicho, si no es con una grabadora) añadir o eliminar palabras dichas por los implicados. Así, el debate siempre está servido.
Rajoy tacha de "grave irresponsabilidad" la filtración de las palabras del Rey
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, manifestó ayer, en declaraciones a ABC, que la filtración de las palabras del Rey en el almuerzo celebrado el pasado día 11 «constituye una grave irresponsabilidad, sin perjuicio de la libertad de los medios que las han publicado, amparados por la libertad de expresión».
Rajoy añadió que «tengo frecuentes conversaciones privadas con el Rey y no he comentado, no comento ni comentaré el contenido de ninguna de ellas y no puedo comprender cómo personas que también las mantienen pueden hacerlas públicas».
Tras reiterar «la adhesión del PP a la Monarquía y a Su Majestad el Rey», Mariano Rajoy declinó cualquier opinión acerca del contenido de las informaciones publicadas, aduciendo que «desconozco el desarrollo del almuerzo y, la verdad, no me importa porque tengo las ideas muy claras de cómo deben producirse las relaciones entre los dirigentes públicos y el Jefe del Estado».
Almuerzo en el Palacio Real
Ayer, dos periódicos publicaron el contenido de una conversación mantenida por Don Juan Carlos y Esperanza Aguirre en un almuerzo en el Palacio Real la víspera de la Fiesta Nacional, tras la reunión del Patronato del Instituto Cervantes, en la que participaron los embajadores iberoamericanos.
Según la información de «El país», el Rey, al comenzar el primer plato, se lamentó de que al día siguiente se celebrara la Fiesta Nacional en un ambiente de crispación y comentó que era «una lástima». Esperanza Aguirre apuntó, según ese diario: «No sé si os va a gustar lo que voy a plantear, pero creo que se debe dar un trato humano a Jiménez Losantos». Don Juan Carlos respondió: «¿Cómo? ¿Más trato humano que doy yo a todos? A todos por igual, sin discriminaciones». Aguirre continuó: «No, no. Yo entiendo que la Casa Real y La Moncloa deben darle un trato mejor, no discriminarle». El locutor de la Cope había pedido la abdicación del Rey en repetidas ocasiones desde su programa radiofónico, aunque luego se retractó.
«Yo no tengo problemas en recibir a la gente. Es a mí a quien tiene que dar un trato humano. ¿Pero esto qué es?», dijo el Rey, quien agregó: «Es intolerable». Siempre según la versión de «El país», Aguirre apostilló: «Yo creo que esto se podría arreglar. Es un problema de tratar mejor a una persona». El diario añade que el comensal Víctor García de la Concha terció: «La de este señor (Federico Jiménez) es una actitud inaceptable». El Rey indicó: «Le he dicho a Rouco Varela que recen menos por mí y la Monarquía y se ocupen más de la Conferencia Episcopal, que controla a la Cope». Don Juan Carlos acabó con este comentario: «Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña».
Otro periódico, «El mundo», apunta que la presidenta de la Comunidad de Madrid defendió ante el Rey al locutor de la Cope argumentando que «lo peor que puede ocurrir es que se le quite el micrófono a un periodista». Ese diario asegura que, según sus fuentes consultadas, Aguirre dijo al Rey: «Si le hubiera criticado (Iñaki) Gabilondo, usted le habría invitado a comer».
Frente a esta versión, según ha podido saber ABC por distintas fuentes consultadas tanto de comensales de aquel almuerzo como de la Comunidad de Madrid, en ningún momento Esperanza Aguirre hizo ese comentario a Don Juan Carlos sobre Iñaki Gabilondo.
«Sorpresa» en la Casa del Rey
En cualquier caso, en la Casa del Rey se han mostrado «muy sorprendidos» por la publicación de una «conversación privada» de Don Juan Carlos y por que se intente transcribir con comillas, ya que «no había cámaras ni grabadoras». Por lo demás, la Casa del Rey subrayó que nunca comenta conversaciones de carácter privado.
En círculos de la Zarzuela sí se ha expresado su asombro por el hecho de que se hable de la falta de un trato humano, cuando es algo que el Rey ha cuidado siempre mucho. Desde la Casa del Rey se ha querido dar siempre un trato impecable a todos los medios de comunicación sin discriminaciones. De hecho, Alberto Aza, jefe de la Casa, mantuvo hace dos años una reunión con Federico Jiménez, quien, además, asistió como invitado a la boda real de los Príncipes de Asturias el 22 de mayo de 2004.
Respecto a la filtración de la conversación, desde sectores del PP se acusa directamente a La Moncloa de haber transmitido el contenido, ya que José Luis Rodríguez Zapatero estaba sentado a un lado del Rey. Al otro lado estaba Aguirre. En el otro extremo estaba sentada la Reina, flanqueada por Francisco Ayala y el ministro Miguel Ángel Moratinos. Otras fuentes apuntan, sin embargo, al embajador argentino como posible filtrador.
Apoyo del PP a la Corona
Precisamente, el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, censuró al responsable de filtrar a los medios la conversación entre Don Juan Carlos y Aguirre, porque «las conversaciones con el Rey siempre son privadas y nunca deben comentarse ni difundirse». García-Escudero subrayó, en declaraciones a Europa Press, que el PP es «clarísimo en la defensa de la Monarquía y en defensa del Rey Don Juan Carlos, sobre todo en estos últimos días, en los que en Cataluña han sucedido unos hechos muy desagradables de quemas de retratos de Sus Majestades».
Fuentes próximas al Gobierno han expresado su «perplejidad» por la «osadía» que, a su juicio, ha tenido Esperanza Aguirre al dirigirse al Rey de esa manera. En la Comunidad de Madrid, la postura oficial es no comentar una conversación con el Rey, como ocurre siempre. Eso sí, fuentes próximas a Aguirre han transmitido su indignación por la filtración del diálogo entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el Rey.
El secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, aprovechó la coyuntura para arremeter contra Aguirre, a quien pidió que «deje de confrontar con todo el mundo, hasta con la Corona de España defendida por todos los ciudadanos».
La «pinza radical»
Antes de la conversación entre el Rey y Aguirre -cuyo contenido se ha hecho público diez días después de producirse-, ya era de sobra conocido el malestar que había en la Casa del Rey por los comentarios de Jiménez en la Cope en los que pedía una y otra vez la abdicación de Don Juan Carlos, algo que coincidió en el tiempo con la quema de imágenes de Sus Majestades en varias localidades de Cataluña. El pasado domingo 30 de septiembre, ABC titulaba en portada: «Pinza radical contra el Rey», e informaba de que sectores de la izquierda y la derecha habían emprendido una campaña de acoso al Monarca.
Ante esa situación, las muestras de respaldo y apoyo a la Monarquía se multiplicaron desde varios frentes, aunque desde el Gobierno de Zapatero la respuesta estuvo marcada por la tibieza y el presidente habló de «espuma» para referirse a la polémica. Mientras, desde distintos medios europeos, como «Le Figaro» o «Le Monde», se alertó que España estaba «crujiendo» o de los «síntomas de una crisis institucional».
El Rey, con motivo de la inauguración del curso académico, reivindicó la Monarquía, que ha permitido «el más largo periodo de estabilidad y prosperidad en democracia vivido por España». Unas palabras que desencadenaron un aluvión de apoyos.
Entre los que han defendido a los Reyes ocupan un lugar destacado las víctimas del terrorismo. Tres de estas víctimas -Ana María Vidal Abarca, Mari Carmen Heras y Conchita Martín, viudas de tres asesinados por ETA- enviaron una carta a ABC en la que recuerdan el apoyo que siempre les ha brindado la Familia Real y aseguran que «se equivocan quienes alientan de una u otra forma la avalancha de desprestigio con que se trata de envilecer al jefe del Estado».
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