NADA ES NOTICIA POR DEFINICIÓN

Cayeron 60 litros en media hora


Mueren dos personas por una fuerte tromba de agua en Alcalá




Martes trágico en Alcalá de Guadaira. La fuerte tormenta que descargó sobre la localidad sevillana y en la que se recogieron unos 60 litros de agua por metro cuadrado ha ocasionado la muerte de dos mujeres. Una en su domicilio y otra bajo un vehículo en plena calle.


Las previsiones meteorológicas habían anunciado alerta amarilla por precipitaciones en la provincia de Sevilla pero nadie podía presagiar que la peor parte se la llevara Alcalá. El temporal de lluvias y granizo se desató aproximadamente a las ocho de la tarde y pronto el balance se tornó fatal: decenas de coches arrastrados por la fuerza del agua, caídas de muros e inundaciones en casas, comercios y plazas. Según fuentes policiales, a una de las víctimas mortales, una anciana de 80 años, la tromba de agua le sorprendió en su domicilio cuando, al parecer, un autobús se estrelló contra el inmueble. El cadáver de la otra fallecida, una maestra de 35 años, fue rescatado debajo del vehículo en el que viajaba. Su colegio permanecía cerrado esta semana en señal de luto.

Esta noticia refleja la afirmación de que los medios son los que conforman la realidad. Estar al tanto de lo que nos rodea como algo innato de la naturaleza de la sociedad de la información se ha justificado a lo largo de esta semana. Muchas personas se despertaban el miércoles con los ecos de lo ocurrido en Alcalá. Partiendo de este suceso local, pocos discuten sobre una globalización que no sólo abarca el ámbito económico, político o social, sino que también ha llevado a una dominación de los medios de comunicación de masas.Con la televisión a la cabeza y, cada vez más, con la sociedad del espectaculo como cultura, no puede obviarse la influencia que sobre los ciudadanos ejercen tales medios.

No obstante, tampoco se obvia el control que los poderes público y privados ejercen sobre los medios. La tendencia de éstos en el significado del Estado democrático entiende que el proceso de formación de la opinión pública se consiga desde abajo hacia arriba y no desde el poder a los ciudadanos. Esto es, una estructura informativa amplia a la que se añade la saturación de información y que está conduciendo a la llamada desinformación y a la construcción de un debate público más emocional que objetivo.